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Educación popular


Presentación

A continuación daremos un conjunto de lineamientos que aporten en la comprensión de lo que es la educación popular y alternativa, particularizándola en América Latina, mismos que nacen de una praxis pedagógica y política desarrollada en estos últimos años por parte de este Seminario. El presente trabajo es la compilación de discusiones y de la investigación-acción que en el seno del Seminario hemos construido. Esto es de suma importancia, ya que en nuestro avance en la comprensión y construcción del concepto de educación popular han ayudado decenas de compañeros que han discutido con nosotros (en los cursos, talleres o en los diversos espacios en los que hemos participado), por lo que el conocimiento aquí vertido es un constructo colectivo, histórico e inacabado.


Introducción

A continuación algunas notas:

  Para nosotros la educación popular es aquella que está comprometida con la liberación y transformación de los hombres y mujeres de este mundo. No basta con que sea masiva o para marginados, la educación popular tiene como fundamento la construcción de la libertad; de no ser así, aún cuando sea de masas o para los pobres, no es educación popular.

      Al estar comprometida con la liberación, la educación popular está estrechamente vinculada con los movimientos sociales que están en esta búsqueda. De hecho, en la mayoría de los casos, la educación popular surge como necesidad de estos. De esa forma es que aspira a ser liberadora, pues su carácter es político, alternativo, histórico, crítico e integral.

       En la tarea de la construcción de la liberación y de la educación popular, existen varios elementos que nos acercan a ella. Uno de ellos tiene que ver con la develación de la realidad[1], por tanto, éste será uno de los temas desarrollados en este trabajo, junto con la construcción de la alternativa y la importancia de la utopía, en los procesos de liberación, emancipación y educación.

    Cuando hablamos de alternativas nos referimos a las construidas desde la izquierda, el pensamiento crítico, la democracia, el socialismo, el comunismo, lo anti-sistémico, lo anticapitalista o lo contra-hegemónico. Las alternativas son, para nosotros, proyectos que mantienen una serie de principios ético-políticos que reivindican la justicia social, los derechos humanos y un mundo donde los hombres y mujeres puedan ser felices y completos; son proyectos que se plantean construir un mundo donde el precepto martiano de “Patria es humanidad”[2] sea el presente anhelado.

Al hablar de alternativas educativas y pedagógicas, no podemos dejar de hablar de movimientos sociales, pues es alrededor de estos y su complejidad que se producen varios proyectos alternativos vinculados a resolver las necesidades del pueblo, y la educación es una de ellas. Creemos que José Martí la expresa muy bien cuando dice: “ser cultos es la única manera de ser libres”; sin duda el acceso al conocimiento nos acerca más a una multiplicidad de sueños posibles. Hemos visto que en los movimientos sociales el acceso universal a la educación no es suficiente, hay más que hacer y transformar; por ejemplo, qué contenidos, qué principios, qué moral, qué ética, cómo enseñamos, cómo aprendemos. Si lo que queremos es construirnos como sujetos libres, actores de la construcción de nuestro propio destino en lo individual y colectivo, es necesario plantearse la transformación de la pedagogía y sus formas.

1.      Análisis del contexto

Creemos que el análisis del contexto es fundamento en la develación de la realidad[3]. A continuación explicamos:

La develación de la realidad es dada por medio, principalmente, de la razón (aunque también existen otros factores), es una tarea colectiva, donde educador y educando[4] conjuntamente la llevan a cabo. Parte de la develación consiste en descubrir cuáles son las verdaderas necesidades y deseos, tanto colectivos como individuales, de la comunidad en la que estamos.

Dentro de la tarea de la develación se encuentra el análisis del contexto, es decir, evaluar la realidad vinculada al lugar, momento e historicidad, teniendo en cuenta que la realidad no es absoluta, siempre cambia, es decir, la tarea es continua.

¿Para qué nos sirve el análisis del contexto en la construcción de las alternativas educativas? Pensamos que esta tarea nos posibilita tener propuestas vinculadas a las verdaderas necesidades y deseos de nuestra comunidad. A continuación un caso que ejemplifica lo que decimos.

            Después de que Fidel Castro fuera apresado por la dictadura de Batista, en la derrota militar del asalto al cuartel Moncada, escribió un texto, que no es más que el ejercicio serio de la develación de la realidad cubana, “La historia me absolverá”[5], donde se encuentra el programa del Movimiento 26 de julio (M26). Este programa está vinculado a las necesidades y deseos del pueblo cubano. “La historia me absolverá” es, pues, la articulación de las propuestas hechas por el M26 a partir de la develación y el análisis de la realidad cubana en ese momento de la historia. Estaba tan vinculado a las necesidades y deseos del pueblo que 6 años después del asalto al cuartel Moncada, Cuba se proclamó una nación libre y soberana, tirando al dictador y de ahí en adelante comenzó a construirse a sí misma. Con este ejemplo no queremos decir que, si tenemos resuelto el análisis y hacemos buenas propuestas, entonces seguro el desenlace será una revolución triunfante, eso sería reducir la complejidad de cualquier proceso social y revolucionario a un simple manual. Estaríamos ocultando la realidad. Lo que sí queremos mostrar es la importancia de estos ejercicios de develamiento.

La claridad en el contexto es necesaria tanto para quienes emprenden el proyecto como para quienes se irán uniendo y participando en él, de manera tal que en el interactuar de ambos las relaciones fluyan desde un sitio de honestidad y horizontalidad, es decir, que no haya pie a juegos (aunque sea en apariencia) de agendas políticas ocultas y sí se reconozca a los iguales cubriendo necesidades de iguales a partir de vivir la misma situación histórica.

Siguiendo con el ejemplo de Cuba podemos ver que el análisis del contexto, le permitió a la Revolución cubana lograr, en poco tiempo, tareas titánicas. Una de las primeras acciones del gobierno revolucionario es la gran campaña de alfabetización en 1960, en tan sólo un año se liberaron del analfabetismo. Haciendo un análisis muy simplista de ésta acción, podríamos anotar dos puntos:

·         El tema del analfabetismo, era y es un tema sentidísimo por la mayoría de la población, dada la importancia que Martí tenía y tiene como prócer del pueblo cubano. Por tanto el sentimiento nacionalista estaba impregnado por la enseñanza: “un pueblo culto es un pueblo libre”. Además que desde los albores del M26 ya se hablaba de la injusticia de tener un pueblo hundido en la ignorancia.

·         El reto era demostrar que el pueblo cubano estaba a la altura de su historia, una tarea así merecía el trabajo manual e intelectual de todos los cubanos. Desde los pedagogos que se quedaron en la isla y elaboraron la cartilla de alfabetización, sin ser especialistas en el tema, pero entregados y comprometidos con el ideal martiano; hasta los brigadistas, casi niños, que dejaron el terruño y se fueron al monte, al llano o la playa a trabajar con el guajiro por las mañanas y a estudiar por las tardes. Desde el que hacía años había dejado la escuela y apenas recordaba las letras, hasta el que jamás había conocido a maestro, ni libro, ni lápiz alguno, todos ellos por igual participaron, se entregaron por completo a hacer las cosas por sí mismos, a ser los forjadores de sus destinos.

Todo lo anterior se estaba desarrollando en el seno de una revolución, que se hizo socialista y que es hoy todavía un faro de esperanza para los oprimidos del mundo.

Aquí queremos hacer un alto para hacer algunas aclaraciones a propósito del ejemplo anterior. Hoy en día en los medios de comunicación y en la academia academizante[6], insisten en querer convencernos de que las prácticas pedagógicas son y deben ser asépticas, libres de ideologías, sin intervención de la política. Se llenan la boca acusando a los proyectos educativos surgidos desde la resistencia, de ser ideologizantes. Hay que ser claros, Freire bien decía que toda práctica pedagógica está a favor de algo y de alguien y en contra de algo y de alguien[7]. Y, en ese mismo tenor, que todo acto político es pedagógico y todo acto pedagógico es político, por tanto no hay forma de asepticismo en la educación, cualquiera que esta sea. Nuestra responsabilidad ética no tiene que ver con no estar en contra de alguien o algo, ¡No! La ética de nuestra práctica, tiene que ver con saberlo, conocer el por qué y decirlo sin tapujos, es decir no faltar a la verdad.

El saber a favor de quiénes y qué y en contra de quiénes y qué están nuestros proyectos y prácticas pedagógicos, pasa por tener un buen análisis del contexto; tener esta claridad nos permite posicionarnos ética y políticamente contra quienes hablan a favor de lo aséptico en lo educativo y pedagógico, dejando claro a nuestros compañeros y a cualquiera, lo que pensamos y queremos. Además nos delimita a nosotros mismos (los que emprendemos los proyectos de educación popular) como seres históricos nacidos en el seno de una clase o sector social. De esta manera, evitamos que nuestra práctica sea mesiánica o asistencial, construyendo una relación horizontal con nuestra comunidad donde pretendemos incidir.

De origen, el análisis de contexto nos permite preguntarnos a nosotros como sociedad (comunidad, organización, localidad, etc.), cuáles son nuestras necesidades y limitaciones estableciendo, a través de una identidad clara y definida, estrategias para ir abatiéndolas, es decir, emprendiendo el camino de la liberación.

1.1.   Realidad educativa.

En este punto lo que se tendría que hacer es vincular la develación de la realidad y por tanto el análisis del contexto a la particularidad educativa. Es decir, tenemos que establecer formas de análisis de la cotidianidad en el aula, la escuela y el sistema educativo, con el objetivo de comprender las partes del todo, y pasar a transformar esa realidad particular y la realidad en general.

Nos referimos a realidad educativa como todo aquello que acontece en un entorno educativo, sea o no formal. Por tanto la realidad educativa es el conjunto de prácticas pedagógicas, políticas, sociales, históricas y culturales que suceden en torno al proceso educativo.

Recordemos que la develación es parte del proceso de liberación, así que hablar de la develación de la realidad educativa nos refiere directamente al proceso de liberación dentro de este ámbito.

Parte importante en este proceso, es la sistematización de la práctica docente y de la vida en el entorno escolar o comunitario. Nos referimos a realizar una praxis pedagógica, todo el tiempo estar formándonos política y pedagógicamente, para hacer nuestra síntesis  y sistematización de la experiencia propia en los espacios en los que trabajamos. Es decir, hacer un trabajo intelectual basado en la experiencia pedagógica, esto nos dará posibilidades de mantener una evaluación constante de nuestra práctica y un ejercicio constante de análisis del contexto.

2.      Alternativa y Hegemonía.

La hegemonía[8] es la serie de prácticas e ideas implementadas por la clase dominante, las cuales pueden ser impuestas o consensadas. La hegemonía por sí misma no posee un valor moral ni moralizante, es sólo la forma en la que las clases en el poder (sean burguesas o proletarias) implementan la  ideología que les permite seguir existiendo.

            La alternativa es, pues, lo que se nos presenta como las prácticas e ideas que se enfrentan a la hegemonía.

2.1.   Generación de alternativas en educación popular

Identificar la realidad como una tensión permanente entre hegemonía y alternativa es de primer orden al momento de la construcción de un proyecto de educación popular. La generación de alternativas educativas dentro de la educación popular, es trabajo fundamental de quienes la realizamos y de los movimientos sociales de nuestros países.

El Che decía que derrocar a Batista fue, en realidad, el inicio de la Revolución, dado que los cambios reales, la verdadera independencia y libertad del pueblo cubano era un camino que apenas comenzaba. La eliminación de las ideas de racismo, la segregación de los guajiros, etc. no era algo que por simple decreto se eliminara. O sea, no basta que la figura del opresor sea retirada para construir una verdadera emancipación. El racismo, el machismo, el “agandalle[9]” son dinámicas sociales que no se extirpan por decreto. Hace falta cambiar la cultura, los símbolos y signos, las tradiciones, etc. que fue construyendo el sistema anterior (capitalismo), no sólo en los opresores, sino en los oprimidos. Es decir, hay que convertir la emancipación en hegemonía.

Siendo así, un proyecto alternativo en educación popular tiene que generar una nueva cultura, nuevos símbolos y signos, nuevas tradiciones, etc. Para que el proceso de construcción de la emancipación sea verdadero.

Los proyectos alternativos dan la posibilidad al individuo de asumir una responsabilidad individual y social de los seres humanos. La educación popular es la que jamás separa de la enseñanza de los contenidos la develación de la realidad, es la que entiende la escuela como un centro abierto a la comunidad y no como espacio cerrado. Es la que se aproxima a los movimientos populares de la comunidad y aprende con ellos. Es la que respeta a los educandos cualquiera que sea su posición de clase, trabaja por la buena calidad de la enseñanza y capacita al profesorado[10].

En un sistema donde la particularidad no es importante, las alternativas tratan de salvar esta particularidad sacando a flote sus carencias y necesidades. Lo deseable sería que las propuestas alternativas nacieran de la concienzuda lectura de una realidad particular y de las necesidades que emanan de esa realidad; también sería deseable que la propuesta naciera desde los propios individuos ya conscientes de sus problemáticas, pero esto es difícil de lograr si no se ha pasado antes por una educación que enseñe a reflexionar y a ser capaces de transformar al mundo en el que vivimos.

Decía Marx:

“La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación y de que, por lo tanto, los hombres modificados son producto de las circunstancias diferentes y de la educación modificada olvida que las circunstancias son modificadas precisamente por los hombres y que el propio educador precisa ser educado. Lleva pues, forzosamente, a la división de la sociedad en dos partes, una de las cuales se sobrepone a la sociedad (…). La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y comprenderse racionalmente como práctica revolucionaria.”[11]

Tenemos frente a nosotros la tensión entre lo que es y lo que debe ser. Las alternativas intentan generar nuevos proyectos ya sea de manera paralela a la educación tradicional o proyectos que desde su fundación pretenden reemplazar de manera radical la educación hegemónica. Generalmente los últimos son los que abarcan distintas esferas, y se conforman como algo que en sí mismo contiene más de un proyecto dirigido a una respuesta específica.

Pensamos que hay dos elementos importantes para ayudarnos a la generación de una propuesta alternativa de educación: la formación integral y la formación crítica.

2.2.   Formación integral

La educación integral busca desarrollar las potencialidades desde el trabajo humanizado, intelectual, ético, físico y estético. Es decir, se trata no sólo de una educación que enseña en múltiples dimensiones, sino más bien de una educación que es capaz de ser, generarse y transformarse en múltiples niveles, que no se reducen sólo a los del individuo, sino que incluye a la familia, la comunidad, la nación y el mundo; evitando la fragmentación y parcialización del conocimiento para que el educando analice y reflexiones su realidad histórico-social de una manera global e integral a partir del contexto en que se desenvuelve.

2.3.   Formación crítica.

Si bien nuestra práctica pedagógica tiene un sesgo ideológico y una posición política, también está comprometida con la honestidad. Su característica liberadora nos conmina a no dogmatizar en ningún sentido a los actores sociales que nos escuchan. El factor crítico en la pedagogía popular es, a su vez, fundamento y meta; móvil, estrategia y finalidad. Lo crítico nos permite ver la necesidad de educación de algún tipo, lo crítico nos permite refinar los medios para hacernos del lenguaje y las estrategias apropiadas, mientras nos da un criterio para decidir el carácter de ellas y, por supuesto, desechar las que nos sesgan o no funcionan; y, finalmente, el pensamiento crítico nos muestra horizontes y cuando llegamos a él (parcialmente) nos permite cuestionarnos por el camino recorrido y la reposición de nuestras metas. En general como dice  Franz Hinckelammert: “Humanizar es liberar al ser humano de sus cadenas. Libertad es libertad de las cadenas y el pensamiento crítico tiene que decir y derivar cuales son estas cadenas. Tiene que preguntar igualmente por las libertades que se ofrecen en el mundo ideológico, hasta qué grado las mismas libertades prometidas esconden nuevas cadenas”.

3.  Conformación del Sujeto en la educación popular

Al plantearnos la generación de una educación popular debemos preguntarnos: ¿Qué tipo de ser humano estamos buscando generar con este proceso? ¿Cuáles son las características principales del ser humano con el cuál trabajaremos? Para nadie es un secreto que la educación de cualquier tipo juega todo el tiempo con la idea del “deber ser”. Hay una necesidad de depositar en el otro una serie de anhelos, presupuestos, defectos o virtudes. Rousseau en su Emilio ya habla de una serie de preceptos sobre lo que es el hombre y la relación que mantiene con la sociedad. Siendo escuetos, Rousseau muestra a un hombre bueno por naturaleza, que es pervertido por la sociedad; a partir de ello es que Rousseau plantea su proyecto de educación vinculando a Emilio directamente con la naturaleza, y sin los prejuicios de la sociedad sobre él. Es decir, a partir de su precepto de hombre construye una educación alternativa y contrapuesta a la ya existente.   

             El Che cuando habla del hombre nuevo, se refiere a la juventud básicamente, pero esa juventud está haciéndose en el mundo que no es nuevo. Es decir, no hay de dónde hacer tabla raza para generar hombres nuevos, los hombres nuevos somos los que estamos, inacabados, en continua construcción y transformación, pero en la continua búsqueda de la verdadera emancipación, lo que llamamos revolucionarios.

            Entonces, el Sujeto de la educación popular es el sujeto revolucionario, aquel que reconoce la tensión entre lo que es y lo que quiere ser, en el mundo que vive y en que quiere vivir, para lo cual está comprometido a transformarse junto al otro, nunca solo; en el mundo que vivimos y con el mundo que queremos.

4.      Utopía, esperanza y alternativas.

Cuando hablamos de educación popular y alternativas, en realidad de lo que estamos hablando es de mundos posibles y del hombre nuevo. Creación e imaginación son el motor de la humanidad y están a nuestra disposición. Cómo imaginamos las nuevas relaciones entre los hombres, qué valores debemos de tener e impulsar, cómo debemos organizarnos, etc. Dar respuesta a estas interrogantes es nuestra tarea. La construcción en este sentido es un gran reto.

A pesar de estos más de 30 años de neoliberalismo, los pueblos nos han demostrado que hay posibilidades de escribir de otra forma la historia, que no ha sido el final de ella. Vivimos en momentos donde es necesario cambiar al mundo, dejando atrás la mera consigna, hoy el mundo está en una crisis profunda y global, muestra de ello son las crisis económica, ecológica, política, financiera y humanitaria. Hoy la humanidad es capaz de producir, en conjunto, suficiente comida para alimentarse a sí misma, aún así hay 870 millones de seres humanos que sufren hambre, es decir, en el mundo uno de cada 8 hombres, mujeres o niños se va a dormir con hambre[12], si esto no es muestra de que el capitalismo está agotado, entonces nada lo será.

A pesar de la dureza del mundo, hoy podemos decir con orgullo que tenemos en nuestras manos el proyecto emancipador más rico de la historia, decía González Casanova en una conferencia en 2010, ya que la humanidad ha construido un proyecto cada vez más completo y eficiente, cada vez conocemos más de nosotros mismos, de nuestros deseos y de nuestras capacidades como seres humanos. Basamos nuestro juicio en que, a la fecha, han sido probados y reprobados varios proyectos emancipadores y de ellos se derivan una serie de análisis y reflexiones que los van redondeando cada vez más.

Hablar de esperanza y de educación mientras el mundo está como está, tiene más sentido que nunca. El neoliberalismo se ha encargado de engendrar generaciones de seres desesperanzados y desesperados; la desesperanza nos provoca inacción, nada más conveniente para quienes detentan el poder y están llevando a la perdición al mundo entero. La educación popular, por el contrario, lleva en sus entrañas esperanza. No hay proyecto alternativo que no plantee posibilidades de cambio, de transformación. La pedagogía al hablar de un deber ser no habla de nada más que de esperanza y posibilidad de cambio.

La utopía es algo que no sólo albergamos en nuestro ser, como la esperanza, la utopía es el ejercicio racional y emocional de construir escenarios “imposibles” para esta realidad, quienes construyen y transforman la realidad son los sujetos, sujetos que en el proceso educativo se transforman así mismos y la sociedad. A continuación una cita que habla de esa relación y de la construcción de lo distinto con base en la realidad:

“El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación indirecta, por otro el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación. La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado.”[13]
La utopía vive una tensión entre lo que es y lo que quiere ser. La utopía es, pues, el ejercicio de construir, de reconocer esta tensión y seguir proponiendo mundos posibles, alternativas posibles encaminadas a lo deseado.

La utopía, la esperanza y las alternativas tienen fundamentos en la realidad, de ella nos abastecemos, a disposición de estas tres están la imaginación y la creación. La resistencia de los pueblos nos han proporcionado una cantidad de aportes, como el poder imaginar formas de auto-gobernarse, el pensamiento crítico igualmente va arrojando más luz sobre cómo es eso de construir mundos grandes, distintos, coloridos y felices. Como diría Eduardo Galeano, “la utopía sirve para eso, para caminar”.

5.      Hacia adelante…

Los elementos que anteriormente nombramos se irán articulando poco a poco a través del 5° Curso de educación popular. En cada sesión iremos viendo la traducción concreta de los preceptos y principios que mostramos en este documento.

A partir de casos concretos de la realidad mexicana, haremos ejercicios sobre el análisis del contexto, en la búsqueda de la develación de la realidad, poniendo de relieve la importancia de la información y formación para hacerlo.

En el caso de Francisco Ferrer, la visión con la que nos acercaremos a su obra es la de distinguir la construcción de la alternativa en la hegemonía, mirando a la propuesta de la “escuela racionalista” como uno de los paradigmas de la transformación de la escuela, de un centro de reproducción y represión a un espacio de construcción social cooperativa y libertaria.

Así mismo, la experiencia planteada por Celestín Freinet en su “escuela para el pueblo” se analizará para comprender como a partir del constructo pedagógico alternativo y popular se va formando a los sujetos, entendidos como resultado de la relación entre educador-educando y medio escolar.

Cerraremos con el aporte de Paulo Freire centrándonos en las directrices que lanza sobre la importancia de la utopía en la construcción de propuestas pedagógicas que se acerquen cada vez más a resolver las necesidades de liberación que se exigen en cada rincón del mundo y en cada una de las épocas. Es decir, construirnos como seres pedagógicos y por tanto políticos, en búsqueda de la liberación, centrándonos en la importancia del docente.


Seminario de Educación Popular en América Latina
Septiembre, 2013





[1] Freire, Paulo, Escuela pública y educación popular en Política y educación, México, Siglo XXI, 2001, pág. 110.
[2] Martí, José, Obras completas, tomo 5, La Habana, Editorial Nacional de Cuba, 1963-1966, pág.468
[3] Freire, Paulo, Escuela pública y educación popular en Política y educación, México, Siglo XXI editores, 2001, p. 110.
[4] Entendemos la relación educador educando, más allá del aula, como una forma de relación entre dos o más sujetos, siempre aprendemos de alguien, siempre enseñamos algo.
[5] Fidel Castro Ruz, …hoy somos un pueblo entero…-Cuba 1953/73, México, Siglo XXI editores, 1973, p.39
[6] Nos referimos a la academia enajenante.
[7] Freire, Paulo, Política y educación México, Siglo XXI, 2001.

[8] Hugues Portelli, Gramsci y el bloque histórico, Siglo XXI, 2007.
[9] Un mexicanismo referente a ser abusivos, mal intencionados, engañosos, corruptos etc…
[10] Freire, Paulo, op. cit. pág.112
[11] Citado en: Istiván Mészáros, La educación más allá del capital, Siglo XXI – CLACSO, Argentina, pág.18 2008.
[12] http://www.fao.org/infographics/pdf/FAO-infographic-SOFI-2012-es.pdf
[13] Ernesto Che Guevara,  El socialismo y el hombre en Cuba, México, Grijalbo, 1975, pág. 108

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