martes, 29 de octubre de 2013

Cómo Hacer Una Asamblea Democrática (Manual)

Cómo Hacer Una Asamblea Democrática (Manual)
Circulo de Educación Crítica e Integral (CEdCIn)
Seminario de Educación Popular para América Latina (SEduPopAL)



Presentación
A continuación presentamos una serie de observaciones y recomendaciones sobre lo que debe ser una asamblea. Estas afirmaciones son fruto de la participación en un número no pequeño de reuniones de este tipo por parte de los que signamos; no pretenden ser dictados, normas o condiciones, ni para hacer una asamblea ni para llevarla al éxito. Intentamos sistematizar nuestra experiencia al respecto sin mayor pretensión que contribuir a la transmisión de la misma. Por lo mismo, cualquier observación, señalamiento, aportación o aclaración nos parece pertinente y será bien recibida.
De igual manera pretendemos hacer de éste un texto sintético con ideas generales, redactadas a manera de afirmación. Sin embargo, por la naturaleza del tema, ha sido inevitable colocar argumentos subjetivos que inician (o finalizan) discusiones polémicas; cuando así ha sucedido hemos preferido dejarlo con la intención de generar reflexión que se verá plasmada en otro documento, así que, igualmente, si creen que algo se tiene que discutir, invitamos a que se generen los espacios y mecanismos pertinentes para ello.

Introducción
Creemos que, recientemente (del siglo XIX a la fecha), los seres humanos han buscado formas de organizarse, de tomar decisiones en colectivo que van más allá de lo natural y del destino manifiesto. Muchas formas se han generado y nuevas van emergiendo.
La asamblea tiene una connotación histórica (desde la revolución francesa hasta los actuales movimientos de liberación de América Latina), contra-hegemónica y revolucionaria (no siempre) cuando se basa en ciertos principios éticos, como la igualdad entre los miembros que la conforman y la intención de incluir a los más a través de la auto representación, sin delegación en instrumentos y personajes secundarios.
Es importante subrayar esto toda vez que lo que está aquí escrito pretende ser un instrumento para personas en estas circunstancias, es decir, libres y de compromiso revolucionario. No pretende ser una suerte de definición de “asamblea”, somos conscientes de que al día de hoy se experimentan con otras formas en la toma de decisiones, sólo queremos puntualizar lo que nosotros hemos experimentado exitosamente como asamblea.
Por otro lado también la asamblea es una forma natural de organización que requiere de pocas premisas y pondera la discusión y la argumentación humana por sobre ideas de status quo, destino manifiesto o criterios de autoridad; razón por la cual creemos también es un instrumento para interrelacionarnos con nuestra realidad y aprender de ella. Por ello también incluimos este manual en el contexto de técnicas pedagógicas de la educación popular.

Cd. De México, Octubre del 2013




Manual para hacer una asamblea
Paso 1. Asegúrese de querer hacer una asamblea
El acuerdo puede tener diferentes fuentes: casualidad, necesidad, deseo, moralidad. Por lo anterior, las condiciones en las que una asamblea se llevará a cabo pueden variar mucho, lo cual, a su vez, puede hacer variar su efectividad, sobre todo si un sector se siente coercionado u orillado de alguna manera.

Así pues, es importante hacer patente que todos los convocados a una asamblea tienen que esforzarse o tolerar algo; el acuerdo parte del hecho de que la asamblea nos deja en igualdad de condiciones a todos pero también establece un compromiso implícito, que es donde radica la fortaleza de esta forma de toma de decisiones.
Es importante convocar a partir de un temario en un lugar representativo o de fácil acceso a la mayoría y en un horario que sea conveniente para la extensión de la discusión.

Paso 2. Nociones comunes
Previo a participar en una asamblea, como parte del preámbulo, es saber algunas cosas que agilizarán la discusión y nos permitirá sentirnos incluidos tanto en las argumentaciones como en la toma de acuerdos.

Ø   Una asamblea es un ejercicio de horizontalidad. Partimos del supuesto de que los participantes en la asamblea somos iguales en tanto individuos, nadie tiene voto de calidad, derecho de veto, voto por principio de autoridad o alguna prebenda que distinga su derecho de voz y voto por sobre el del resto de los participantes de la asamblea. Eso no quiere decir homogeneidad, algunos participantes pueden sobresalir por su capacidad argumentativa o por su prolijidad en el trabajo, sin embargo su voz debe ser escuchado en las mismas condiciones que el resto y su voto debe contar por uno como todos los demás. Igualmente la posición más impopular de todas debe contar con las mismas garantías.

Ø   Una asamblea no es un foro abierto. La diferencia central entre una asamblea y un foro tiene que ver con la toma de decisiones en torno a temas determinados, por lo mismo contamos con un tiempo limitado para participar y escuchar el análisis del problema tenemos que intentar centrarnos en el tema. Una asamblea no es el lugar para hacer reflexiones sobre temas que no están directamente relacionados con la discusión, tampoco es un buen lugar para improvisar o simplemente cubrir nuestra necesidad de ser escuchados; debemos saber que algunas personas están haciendo esfuerzos de síntesis y análisis hacia un tema, además del esfuerzo que ya implica estar ahí, así que un distractor puede ser agresivo e irrespetuoso para con los participantes.

Ø   Tenemos que enterarnos, antes, de los temas fundamentales a discutir. Para evitar la improvisación y falta de elementos de juicio para decantarnos por una u otra posición es conveniente llevar investigado lo más posible sobre el tema a discutir.

Ø   Es bueno tener clara nuestra propia opinión o la falta de claridad de la misma. Para evitar sentimientos de manipulación o exclusión es bueno tener más o menos claro nuestra posición para saber si la asamblea me representa y está incluyendo mi punto de vista o para admitir que a lo largo de la asamblea mi punto de vista se modificó por visiones con las que estoy de acuerdo.

Ø   Tenemos que acudir con voluntad de consenso. En equilibrio con lo anterior, debemos ser conscientes de que acudir a una asamblea no garantiza que mi punto de vista prevalecerá intacto. Ocurre que a veces nuestra posición carecía de cierta información o de cierta practicidad y a lo largo de la discusión puede modificarse o ser cambiada por completo, ser conscientes de este proceso nos garantizará que podemos llegar a acuerdos de manera más fluida. Igualmente si existe alguien que está en desacuerdo con nosotros es importante escucharlo y contra-argumentar con paciencia y asertividad con el fin de que los acuerdos incluya a la mayor cantidad de personas posibles.

Ø   Consenso no es unanimidad. La voluntad de consenso no quiere decir que todo debe ser acordado por todos o que las propuestas de acción y sus respectivas argumentaciones son, al unísono, el pensamiento de la colectividad de individuos agrupados en la asamblea; son sentires generales acuerdos gruesos que no pretenden agotar la textura ni homogeneizar el pensamiento, son bases mínimas para seguir con lo colectivo, incluso puede ser que haya un sector que esté francamente en contra pero que la argumentación, las condiciones materiales y el peso de la mayoría sean suficiente como para no oponerse (disentir); es decir, que el desacuerdo no es esencial como para romper con la unidad de la asamblea y sus acuerdos.

Ø   El poder de la mayoría. Finalmente es importante tener conciencia de que algunas discusiones (en su totalidad o parcialmente) no se concluyan o que se haya llegado a posiciones irreconciliables respecto a un tema o bien que los desacuerdos ya no pueden solventarse (por tiempo, por falta de conocimiento o por circunstancias ajenas a las del colectivo); en ese caso una “Asamblea democrática” debe someter a votación algunas cosas y la mayoría gana (pueden acordarse previamente las formas de la mayoría: como mayoría calificada, mayoría simple, etc.), es importante saber de antemano que cuando eso suceda todos los participantes de la asamblea estamos obligados a llevar a cabo los acuerdos y argumentar los mandatos de la misma y asegurarnos que los demás miembros sigan en esa dirección.

Paso 3. Las condiciones materiales
En la medida de lo posible tenemos que procurar las condiciones que nos permita estar, a los individuos que vamos a participar el mayor tiempo posible discutiendo, con mediana comodidad. Asientos, altavoces, pantalla, mesas, luz, etc. No digo que una asamblea debe tener todo esto[1], el punto es que si todos los asistentes son conscientes de lo que debemos procurar nos acercaremos lo más posible a las condiciones óptimas, apreciaremos el esfuerzo de las/los que garantizaron las condiciones y sabremos que estamos discutiendo en las mejores condiciones que nos hicimos con este propósito.




Paso 4. Para comenzar la sesión

Hasta aquí hemos procurado una serie de condiciones que nos pueden hacer pensar (correctamente) que el esfuerzo, para llevar a cabo una asamblea hace mucho que arrancó, ahora es importante resolver detalles técnicos que permitan organizar la discusión y darle orden a la sesión.
Ø  Es importante llegar temprano. Eso permitirá tener más tiempo para discutir sin empezar estresados o molestos porque el esfuerzo no fue igual para todos los asistentes en acudir puntual a la cita. En caso de ser imposible debemos saber y aceptar que no estaremos incluidos en una parte de la argumentación, pero igualmente estamos comprometidos a reconocer como válida esa parte de la asamblea.
Ø  Elijamos una mesa y aclaremos sus funciones. Una mesa debe:
ü   Organizar la discusión.
ü  Regular las intervenciones.
ü  Hacer síntesis de lo discutido (acta)
ü  Organizar la toma de decisiones, así como
ü  Asentar cuales son las mismas (minuta)
Se recomienda el uso de al menos tres personas para que lleven conjuntamente la mesa, de preferencia (al menos uno) con experiencia.

Paso 5. Organizar la discusión
Es importante que se aclare al comienzo la temática a discusión y fijar los límites o alcances (en términos de las necesidades) que tendrá la asamblea. Esto ayudará a que los oradores no se dispersen por desconocimiento. También es conveniente que se fijen reglas que obedezcan más a la experiencia local, por ejemplo, fijar tiempo para los oradores si se ha experimentado con sujetos que abusan de la palabra, establecer el número de turnos a la palabra, particularidades de la votación, modo de pedir la palabra, etc.
Aquí es importante resaltar algunas funciones que debe cumplir la mesa.
Ø  Elegir la forma de registro. Deberá decidir la forma en que irá registrando la discusión: grabación (si se quiere versión estenográfica), mapas conceptuales, cuadros de ponderación, palabras clave, oraciones sobresalientes o propuestas concretas (vaya, lo que le sea más cómodo).
Ø  Encausar la discusión. La mesa procurará que la reunión sea lo más eficiente. Algunos mecanismos convenientes son:
ü  Llamados a no repetir argumentos, a no personalizar, a centrarse en la temática.
ü  Pedir que se argumente puntualmente.
ü  Si no ha entendido algo debe pedir a que se argumente más
ü  Recoger, de los que no están interviniendo, inquietudes como dudas, aclaraciones, problemas locales.
ü  Debe asegurarse de que todas las posiciones de la asamblea tengan acceso al uso de la palabra para que ninguna postura quede al margen de la toma de decisiones.
ü  Estar atenta a conflictos, a que no se ejerza violencia sobre ningún miembro de la asamblea, que no se coaccione, intimide o limite a nadie (fuera de las reglas fijadas por el colectivo para la discusión).
ü  Debe “medir” cuando una discusión ya está agotada para decidir el mejor momento para tomar decisiones.
Paso 6. La toma de decisiones.
Es importante que la mesa tenga mecanismos establecidos con anticipación para recoger la voluntad de la asamblea, como los que se mencionan a continuación.
Ø  Consenso. Hacer explícito cuando algo ya es conceso (es decir que no se necesita votar por que no existe argumentación en contra).
Ø  Conciliar. Generar o recoger propuestas que concilien puntos de vista que discrepen pero no se contrapongan (es importante argumentar en términos de lo ya dicho para que la mesa no termine añadiendo cosas que no ha dicho la asamblea, lo que se le conoce como manipulación).
Ø  Diferenciar. Resaltar las diferencias de forma que tengan dos propuestas que no se concilian.
Ø  Votar. Someter a votación de forma clara y con los mecanismos adecuados las propuestas que no se concilian.
Ø  Hacer fluir la asamblea. Aclarará cuando existan posiciones contrapuestas en lo esencial (que por lo tanto no se pueden votar), con la intención de que la asamblea genere mecanismos para resolver (dentro de la misma reunión o no) dicha contradicción. Esto tiene por finalidad hacer que se discutan los otros temas pendientes o se haga un cierre de asamblea.
Ø  En caso de que se acuerden actos o acciones es importante pedir que la asamblea elija los responsables de cada acción así como plazos y, algunas veces, formas en que se ejecutará una decisión.
Ø  Finamente debe reafirmar la idea general de la decisión que se ha tomado (decir cuál es el acuerdo y las generalidades de la argumentación), así como puntualizar los temas o diferendos que se tendrán que discutir en futuras asambleas.

Paso 7. “… y se repite”
Es decir, se deben implementar los pasos 5 y 6 las veces que se haya acordado o las necesarias para agotar el temario (agenda, puntos a discusión, como sea).

Paso 8.  La redacción de acuerdos
Es labor de la mesa redactar y hacer pública, en un tiempo razonable y en las formas acordadas, la minuta que contenga los acuerdos, las argumentaciones, los temas pendientes y avances en la discusión para escrutinio de todos los participantes en la asamblea. Es obligación de todos los participantes en la asamblea buscar los acuerdos y asegurarse que están redactados según lo discutido y acordado[2].

Paso 9. Seguimiento de acuerdos
Un elemento distintivo de la asamblea (en lo que radica su fuerza) es que, al ser un esfuerzo horizontal, basada en la discusión personal (y humana), todos los participantes están obligados a acatar los acuerdos (haya sido o no su propuesta la que prevaleció). La obligación no proviene de una acción coercitiva ni un pacto de complicidades deshonestas o inmorales; proviene de la legitimidad del instrumento, es decir, del hecho de estar convencido de las razones por las que se llegó a ese acuerdo. Definitivamente no debe ejercerse una coacción (ni física ni emocional) que obligue a alguien a hacer algo con lo que no está de acuerdo; así que todo individuo debe asegurarse que la asamblea contenga su voz (aun respondiendo a las diferencias), no en una intención homogeneizante sino en un instrumento de respeto a la colectividad y de inclusión en la otredad mayoritaria.
Por todo lo anterior, es importante decidir qué acciones están en nuestras capacidades (y habilidades), para contribuir a llevarlas a cabo, para buscar a los responsables y hacer realidad los acuerdos, a la vez que se vigila que la voluntad del colectivo se lleve a cabo tal y como se imaginó en la asamblea.
Es éticamente censurable cuando un participante en una asamblea no está dispuesto a seguir los acuerdos sólo porque no representa exactamente lo que había proyectado.

Paso 10. Estar atento en la ejecución de los acuerdos y preparación de la próxima asamblea
Es necesario involucrarse a fondo en que los acuerdos se lleven a cabo y al mismo tiempo es bueno registrar tanto cuando dan los frutos deseados, como cuando no se consigue; incluso cuando no se llevan a cabo las acciones porque materialmente no fue posible, es importante registrar las razones y las causas. Todos estos elementos nos darán materia para mejorar y decidir mejores estrategias en la próxima reunión. Finalmente todas esas observaciones y los temas pendientes constituyen materia de la próxima asamblea.

Conclusión
La asamblea (como todo proceso de discusión y toma de decisiones) es perfectible e inacabada, es un instrumento no un fin y si se tienen ya estandarizadas o consensadas las formas y somos respetuosos de ellas, resultará en que la fuerza y atención de los activistas, militantes e individuos que se den cita en ella, estarán más atentos a las otras partes del proceso que a la forma misma. Si además se siguen procesos de voluntad democráticos la forma será una parte de nuestros instrumentos de lucha, es decir la asamblea en sí misma será un arma más contra las formas de imposición en una relación de dominación.


CEdCIn-SeEduPopAL,
Octubre del 2013



[1] Existen ejemplos de asambleas que se desarrollaron en condiciones realmente complicadas, pero la combatividad de sus asistentes y la voluntad de decidir en colectivo era más fuerte; justo la idea es asegurarnos de que las condiciones fueron las mejores posibles según el esfuerzo de todos y los recursos del momento
[2] Esto no implica que la minuta bebe estar redactada tal y como yo la hubiera redactado. La mesa será lo más general posible, pero no hay que olvidar que es un compañero con su subjetividad que incluye estilo, afinidad, etc. No se trata de hacer una asamblea sobre la asamblea.

Reseña de la Cuarta sesión del 5° Curso de Educación Popular



En esta sesión quisimos llevar a cabo una dinámica para esclarecer la función de la Asamblea implementada en la Escuela Moderna o Racionalista. Repartimos el Manual para hacer una asamblea*, se leyó entre todos y procedimos a establecer los mecanismos para llevar a cabo la dinámica.

  1. Todos simulamos ser niños de primaria, una integrante del curso fungió como maestra del grupo; éste se dividió en la defensa o no del alumno en cuestión ante la problemática. Cada integrante se numeró: los números nones fueron hegemónicos, es decir, argumentaron en correspondencia con los lineamientos de la escuela tradicional; los números par fueron alternativos, es decir, argumentaron con base en principios más justos y de entendimiento hacia el problema.
  2. Se estableció una mesa para que condujera la discusión y organizara los acuerdos a los que llegara la Asamblea. 




  3. La maestra del grupo expuso el problema: Juan no se sabe las tablas de multiplicar, ¿pasa de año o no pasa? Con base en esto giraron las propuestas y argumentos de los demás integrantes del grupo.
  4. Antes de que los compañeros comenzaran con su argumentación, Juan hizo una breve defensa de su persona, arguyendo que no debía reprobársele.
  5. Los argumentos de uno y otro bando se dieron. Unos decían que la maestra enseñaba a todos por igual, por tanto era problema de Juan no haber aprendido, que debía reprobar y cursar el año de nuevo, eso le haría bien para reforzar sus conocimientos. Otros decían que Juan podía tener problemas extra escolares que debían ser considerados, que se le debía apoyar como grupo y hubo quien se propuso a darle asesorías para que se aprendiera las tablas; creían que no era necesario que se reprobara sino que se le diera otra oportunidad para pasar el año con el apoyo de todos y de la maestra. 



  6. Al final se acordó que Juan daría un último esfuerzo intentando aprenderse las tablas, todo el grupo lo apoyaría, iría al psicólogo para ver si tiene un problema más serio y se le aplicaría un examen exclusivamente a él donde demostrase que sí se aplicó para salvar el año.

La dinámica salió muy bien, cada integrante del Curso asumió muy bien su papel defendiendo argumentos hegemónicos e impositivos y argumentos alternativos planteando una solución coparticipativa y entendiendo que los problemas escolares también pasan por el entorno social de los educandos.

Al final se discutió cómo habían visto esta propuesta de trabajo en el aula, con la intención de que se viera que la alternativa educativa se puede ir construyendo a partir de la generación de actividades que van de lo más sencillo a lo más complejo. Sin embargo, no hay recetas que puedan aplicarse a todo contexto y en todo tipo de grupos, pero la propuesta está para que cada uno de nosotros vayamos trabajando en nuestras alternativas educativas y podamos implementarlas. 

*El Manual lo subiremos en una siguiente entrada.

Aquí les dejamos un artículo sobre la llegada de la Escuela Racionalista a México y quiénes fueron sus precursores. 



José de la Luz Mena y la educación racionalista



El espíritu de reforma social que trajo consigo la Revolución fomentó, en Yucatán, discusiones sobre el rumbo que debía tomar la educación, y estas inquietudes crearon el ambiente propicio para celebrar el Primer Congreso Pedagógico en 1915 bajo el gobierno de Salvador Alvarado, en el que participaron poco más de 2,000 maestros, y en el que destacaron dos temas por su importancia y por la polémica que levantaron: la educación mixta o coeducación de los sexos, y la educación racionalista.
Discutida en el Primer Congreso Pedagógico, la Escuela Racionalista significó un acontecimiento político y educativo, no sólo en Yucatán, sino más allá de sus fronteras. Fue impulsada por José de la Luz Mena y Alcocer y respaldada por un grupo de profesores, como Agustín Franco Villanueva, Edmundo Bolio Ontiveros, Vicente Gamboa Araujo, Iván Menéndez Mena, Ramón Fernández y José G. Mena Alcocer.
La labor de propagandista de la Escuela Racionalista la inicio José de la Luz Mena antes de la llegada de Alvarado. En la “Revista de Yucatán” pueden encontrarse testimonios de los trabajos realizados por José de la Luz Mena en el Instituto Literario, quien en esas prácticas pedagógicas puso a prueba varios de los planteamientos que después conformarían el cuerpo teórico de la Escuela Racionalista.
En su escrito “Postulados pedagógicos de la Escuela Racionalista” publicado en 1915, rompe con la escuela tradicional en todos sus aspectos. Expresa la idea de que debe existir otra forma de aprendizaje, lejos de un sistema obsoleto, con prácticas rudimentarias y muchas veces empíricas. Propone que la educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica y racional, plantea que la educación debe procurar un desarrollo libre y placentero de todas las manifestaciones de conocimiento, facilitando el desarrollo de seres humanos libres.
Oriundo de Izamal, José de la Luz Mena nació el 2 de marzo de 1883. Realizó sus estudios en la Escuela Perseverancia bajo la dirección de sus padres, y los concluyó en la Escuela Normal de Profesores de la que recibió el título de Profesor de Educación Primaria. Fue catedrático del Instituto Literario del Estado, y fiel servidor durante los gobiernos de Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto.
En 1916 publicó “De las tablillas de lodo a las ecuaciones de primer grado”, un libro innovador en el pensamiento pedagógico de la época. En 1917 fundó, al lado de sus alumnos, la revista “Oriente” como órgano de difusión de la primera Escuela Racionalista en Yucatán, ubicada en el suburbio de Chuminópolis de la ciudad de Mérida. En 1918 ayudó a la fundación de la Liga de Profesores del Estado, además, formó parte del Consejo de la Universidad Nacional del Sureste. De marzo de 1922 a enero de 1923 ocupó el cargo de Jefe del Departamento de Educación Pública. Su pasión por el camino de las reivindicaciones sociales, llevó a José de la Luz Mena a ser presidente del Partido Socialista del Sureste, y diputado local y federal.
En su ensayo “Educar Trabajando. Método Funcional y evolutivo” escrito en 1917, sostenía que la educación racionalista se basaba en cinco principales medios: “El primero: la granja, que comprendía todo lo relacionado con la agricultura, principalmente floricultura, arboricultura, avicultura y establo. El segundo, los talleres de artes plásticas (alfarería, cerámica, moldeado y modelado); gráficas (pintura decorativa, dibujo natural y aplicado, pirograbado, litografía, fotografía, fotograbado, imprenta y rayado); mecánicas (encuadernación, talabartería, zapatería, carpintería, hojalatería, herrería y plomería); domésticas (lavado, planchado, cocina, repostería, elaboración de pan de maíz y de harina; tejidos, bordados, modas, sastrería y peinado) y bellas artes (pintura, canto, música y teatro). El tercero: la fábrica, donde chicos y chicas podrían elaborar juguetes, cestos, hamacas, artefactos de henequén y de huano, aceites, jabones, bujías, perfumería y tejidos. El cuarto: el laboratorio de Química, para la investigación y análisis de los cuerpos y perfeccionamiento de las industrias y creación de otras nuevas, con su Gabinete de Física, Departamentos de Electricidad, telegrafía, plateado y dorado; y El quinto: la vida, es decir, el permanente contacto con la realidad de su entorno a través de juegos deportivos, conferencias, representaciones, intercambio de experiencias e ideas con otras escuelas, organizaciones, profesionales, obreros, artesanos, etc.”
En 1918, se llevó a cabo en Motul el Primer Congreso Obrero Socialista; en el cual se discutió acerca de la educación, se dijo que la nueva educación se basaría en la libertad, la ciencia y la coeducación; se preparó el establecimiento de la Escuela Racionalista. Mena expuso lo que había logrado en la escuela de Chuminópolis, calificada como “la mejor escuela del mundo”, que tendía a la perfección del ser humano a través del trabajo libre en grupo. El carácter radical de esta escuela se manifiesta en las palabras de su fundador: “Al capitalista no puede convenirle que esta clase de escuelas se desarrollen, porque ellos —los capitalistas— saben que cuando los hombres sean más conscientes, ya no querrán trabajar para ellos, sino que sabrán disfrutar del precio de su trabajo, y esto no es para hacer superiores a nadie, sino para hacer iguales a todos, hasta a los que en un tiempo se llamaron los amos”.
La enseñanza que impartiría el gobierno -según el profesor Mena- debía ser nacional, gratuita, anti-clerical, y obligatoria; basada en la práctica y la experimentación, complementada con educación moral, estética y física para que fuera realmente integral.
El gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto apoyó a la Escuela Racionalista e, insistentemente, motivaba a los yucatecos reforzando el papel liberador de la educación. Promulgó la Ley de Enseñanza Racionalista, medida que estableció la Escuela Racionalista en todo el estado. Al ser asesinado Carrillo Puerto, la Escuela Racionalista perdió fuerza. Sin embargo, el profesor Mena siguió aportando sus ideas para la organización de la renovación educativa.
En su escrito “¡Sólo la Escuela Racionalista educa!” publicado en 1930, establece que cada época tenía que crear la escuela que mejor le correspondiera, así, en su época, que se “caracteriza por la creciente e incontenible lucha de clases; la escuela y el maestro deben tomar su puesto en ella, ya que, como asalariado, el maestro pertenece a la clase proletaria”. La escuela, que en sus contenidos debía rechazar cualquier explicación religiosa y dualista, e involucrar al alumno en el todo social, no sería un escenario artificial sino un elemento de preparación para apoyar el cambio de la transformación social.
Entre las obras de José de la Luz Mena resaltan también sus libros “Educación Racionalista. Doctrina y Método”; y “La Escuela Socialista. Su desorientación y fracaso”. El ilustre profesor falleció el 13 de enero de 1946 en la ciudad de México. Nunca dejó de luchar por conquistar su sueño de extender la enseñanza racionalista por toda la república.

Reseña de la Tercera sesión del 5° Curso de Educación Popular



La sesión comenzó con una exposición general para presentar la propuesta del pedagogo a tratar: Francisco Ferrer i Guardia.

Es de importancia que  se discuta este tema en el Curso pues Ferrer fue uno de los primeros en hablar de la renovación de la escuela tradicional y en proponer una alternativa contrapuesta a la escuela religiosa, dogmática, autoritaria, etc. Con esto mismo, buscamos generar la discusión entre lo hegemónico y lo alternativo en torno a la educación. ¿Buscamos que nuestras propuestas de educación popular se conviertan en hegemónicas? ¿Cómo y por qué pretendemos que lo sean?

Contexto
A fines del siglo XIX en España, en particular en Cataluña, existía un momento de fervor social donde los contingentes sindicales anarquistas jugaban un papel primordial en la discusión sobre el problema educativo. Era un ambiente propicio para la reflexión en torno a la educación que recibían los niños: jerarquizada, selectiva, autoritaria y represiva; dominada por la Iglesia católica reaccionaria.

Francisco Ferrer i Guardia fue solamente uno de esos personajes que hicieron aquella labor reflexiva, pero yendo más allá de ello. Ferrer, viendo las carencias y males de las escuelas estatales, generó una propuesta educativa alternativa, lo que se dio a conocer como la Escuela Moderna. Cuestionando de fondo la función social de la escuela, esta propuesta de educación libertaria fue echada a andar en el año de 1901, cuando se funda,  con el objetivo de formar integralmente a los hijos de los obreros, lo que significa que recibirán una educación tanto intelectual como manual e incluso en el desarrollo físico.

Tanto en el año 1868, en el 1r. Congreso de la Internacional en Bruselas, donde los obreros “reclamaron la instrucción integral que comprende a la ciencia y al aprendizaje industrial, [porque] deberá todo hombre ser preparado para emprender su industria respectiva por medio de una enseñanza integral que equivale a decir, por medio de una instrucción que desarrolle todas las facultades, hasta el punto de poder comprender todos los fenómenos que en el orden natural se verifican”[1]; como Kropotkin y el Comité Pro Enseñanza Libertaria (1898), quienes pensaban que la educación debía ser integral; o sea el “desarrollo armónico de los conocimientos intelectuales, manuales y profesionales, así como de las aptitudes físicas”[2]; fueron una de las influencias contextuales que recibió Ferrer para su propuesta pedagógica.

En 1906 cerró la escuela Moderna y Ferrer fue asesinado en 1909 culpado de haber propiciado la desobediencia obrera en Cataluña, desencadenando los sucesos de la Semana Trágica. Nunca volvió a abrir, pero el ejemplo ya estaba dado y muchas escuelas así fueron abiertas en otras partes de España.

Preceptos de la Escuela Moderna
  1. Respetar la libertad del niño, su espontaneismo.
  2. La autogestión. Esta parte sería lograda a través del trabajo en la Granja, donde también se buscaba el conocimiento a través del contacto directo con la naturaleza.
  3. Racionalismo – laicismo y cientificismo –. Con estas bases, se buscaba acabar con todo tipo de dogmas que sometieran a las personas. Serían eliminados con la práctica científica, fomentando la reflexión y la crítica.
  4. Enseñanza integral. Superar la división entre el trabajo intelectual y el manual; el trabajo debía ser una potencia creadora y no esclavo ni obligado.
  5. Antiautoritarismo y antiestatismo. No se debía confiar la educación al estado burgués que fomenta la desigualdad económica y la sumisión. Para hacer realidad la Escuela Moderna había que buscar el apoyo de la clase trabajadora y de los intelectuales comprometidos.
  6. Igualitarismo. La Escuela Moderna sería coeducadora, es decir, ambos sexos debían compartir las aulas, así como las barreras sociales debían ser superadas. Existía el sistema de cuotas según las posibilidades de los padres; quienes no podían pagar, no hacían ningún aporte monetario.
  7. Respetar la personalidad del alumno. Los contenidos que se enseñaban iban de acuerdo a las edades de los niños y a su visión del mundo. En la E. Moderna se estuvo en contra del memorismo, no habían premios ni castigos y no se aplicaban exámenes ya que se trataba de combatir el carácter competitivo que favorecía la desigualdad fomentando la solidaridad e igualdad.
  8. No hay descripción del método ni planteos didácticos. Sin embargo, existía el Boletín, un trabajo realizado entre todos los niños de la Escuela, donde plasmaban los contenidos y conocimientos que habían adquirido a lo largo de la semana, mismo que era distribuido a las afueras de la Escuela.
Esta noción de la toma de palabra se trabajó de distintas formas, aparte del Boletín:

- Correspondencia escolar. Mandaban cartas a niños en otras escuelas.
- Excursiones. En particular hay conocimiento de que se llevaba a los niños a visitar fábricas cercanas a la Escuela.
- Asamblea. Los niños tenían su momento de discusión colectiva, donde solucionaban problemas de su cotidianidad. También programaban Asambleas con gente del barrio donde estaba asentada la Escuela y con los obreros de las fábricas aledañas, justamente buscando que el contacto con la realidad no se perdiera, sino al contrario, que los niños debatieran en torno a problemáticas sociales.


A México llegó esta experiencia de la Escuela Moderna, conocida como la Escuela Racionalista. La primera fue fundada en 1917 en Chuminópolis, Yucatán, por el profesor José de la Luz Mena, quien introdujo en México las ideas de Ferrer. Se siguen los mismos preceptos, pero con el objetivo de formar a los hombres y mujeres hijos de la Revolución Mexicana.

La escuela como formadora intelectual y moral de los trabajadores, debía fomentarse en las Ligas de Resistencia, núcleos de las bases obreras organizadas en el Partido Socialista del Sureste (PSSE), en los estados de Yucatán, Campeche y Tabasco (aunque posteriormente se expandieron a lo largo del país). Bajo la idea de liberar al hombre de los dogmas que le hacen esclavo, la doctrina pedagógica adoptada fue la Escuela Racionalista que, en este caso, estaba sujeta a tres principios:

- Unificar el sistema escolar
-Capacitar para el trabajo de utilidad social
-Educar para la vida cívica y política.
 Esta propuesta llegó a ser tan ampliamente conocida, discutida y respaldada, que fue la base para que la Educación Socialista se echara a andar en todo el país bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas.
A continuación, algunas características de las escuelas Racionalistas del Estado de Yucatán:

E. Racionalista de Chuminópolis para niños
Cuenta con:
Escuelas sostenidas por las Ligas de Resistencia del PSSE (Escuela Nocturna para adultos1 y Escuela Normal Socialista2)
- Granja*
Lengua Nacional, Aritmética, Ciencias Naturales1. Sin exámenes, premios, castigos ni diplomas o títulos. Las aptitudes y conocimientos se aplicarán en los talleres y huertas de la escuela; coeducativa (ambos sexos).
- Taller*
Para estas escuelas se debían editar libros de texto populares, a bajos costos, con obras socialistas, científicas, filosóficas, morales y clásicas.
Otra forma de llevar educación a los integrantes del PSSE era a través del órgano de difusión la Revista Tierra[3]; y en los llamados Lunes Rojos[4], días donde se llevaban a cabo Asambleas culturales con conferencias, proyección de películas, obras de teatro, música, talleres, etc.
- Laboratorio
- Biblioteca
- Gabinete
*En estos, los productos eran los mismos que se producían a nivel estatal. El trabajo en estos espacios buscaba incentivar el cooperativismo y la autogestión de la escuela.
Los niños también imprimían su propia revista, llamada Oriente[5]


Cerramos la sesión dando unos minutos para la discusión sobre el tema. A los integrantes del Curso les era prácticamente desconocida esta propuesta pedagógica, por lo que les pareció de gran interés, resaltaban la importancia que Ferrer le daba a la niñez y a sus intereses y desarrollo propio a su edad. La noción de hegemonía se discutió, a algunos compañeros les parecía conflictivo el término, por lo que concluían que si una propuesta de educación alternativa llegase a ser hegemónica, se tendrían que vigilar y privilegiar valores y principios éticos.





[1] Monés, Jordi, et. al., Ferrer Guardia y la pedagogía libertaria: elementos para un debate, Barcelona, ICARIA, 1980, p. 20 y 23.
[2] Idem, p. 32.
[4] Martínez Assad, Carlos, Los lunes rojos. La educación racionalista en México (antología), México, SEP-El Caballito, 1986, 157 págs.

viernes, 4 de octubre de 2013

Preparando la tercera sesión del 5° Curso de educación popular

En esta sesión veremos la escuela racionalista y el enfoque de Francisco Ferrer i Guardia. Acá les dejamos un video que hace semblanza de la vida de Ferrer y su propuesta pedagógica.


martes, 1 de octubre de 2013

Reseña segunda sesión del 5° Curso de Educación popular

Reseña Segunda sesión del 5° Curso de Educación popular.

Hicimos una breve semblanza de la sesión anterior. Pasamos al tema de la sesión “Análisis del contexto”. La idea de esta sesión era poder mostrar la importancia de saber en dónde haremos educación popular y con quiénes. Como introducción al tema había quedado de tarea leer el primer punto del texto Educación popular, que elaboró el Seminario de Educación Popular en América Latina. http://educacionpopularal.blogspot.mx/p/documentos-de-discusion.html

1.- Exposición sobre la develación de la realidad y el análisis del contexto.
De esta exposición, sólo ponemos algunos puntos importantes:

·         La realidad no se nos muestra como totalidad, sino simplemente como fenómenos. Para verla completamente, el hombre tiene que dar un “rodeo”.

·         La realidad es la unidad dialéctica entre FENÓMENO y ESCENCIA, para comprender la “cosa misma”, es necesario conocer ambas y la relación que mantienen. Esto quiere decir conocer la “cosa” en su estructura y en su forma.

·         Para conocer la realidad y develarla es necesario acercarnos a ella por medio de un esfuerzo sistemático y crítico tendiente a captar la cosa misma.

·         El análisis del contexto tiene que ver con situar nuestra develación en: el porqué de los fenómenos sociales; en el tiempo y en el lugar. Es decir, historizar  la comunidad en la que estamos. Además de la necesidad de formarnos e informarnos críticamente.

2.- Ejemplo de la develación de la realidad a partir del video la “historia de las cosas”, por medio de él dar lineamientos de cómo hacer esta develación.  


3.- Discusión sobre la importancia de la develación de la realidad.
Divididos en tres equipos, cada uno pasó a discutir la pertinencia de éste tipo de ejercicios de develación, cómo hacerlos realidad y cómo transmitir la realidad develada para generar conciencia en cada vez más personas.

4.- Análisis del contexto. A partir de un video titulado la “Pequeña cerillera” los mismos equipos tenían que hacer un análisis de contexto de la situación planteada en el cuento. A partir de generar preguntas, organizarlas  e intentar darles respuesta colectivamente.




Finalmente, no logramos cerrar del todo, pues el tiempo es poco para las discusiones que se están planteando, la idea es darle continuidad a esta discusión ahora a partir de los pedagogos que empezaremos a ver la siguiente sesión del 9 de octubre.