martes, 29 de octubre de 2013

Reseña de la Tercera sesión del 5° Curso de Educación Popular



La sesión comenzó con una exposición general para presentar la propuesta del pedagogo a tratar: Francisco Ferrer i Guardia.

Es de importancia que  se discuta este tema en el Curso pues Ferrer fue uno de los primeros en hablar de la renovación de la escuela tradicional y en proponer una alternativa contrapuesta a la escuela religiosa, dogmática, autoritaria, etc. Con esto mismo, buscamos generar la discusión entre lo hegemónico y lo alternativo en torno a la educación. ¿Buscamos que nuestras propuestas de educación popular se conviertan en hegemónicas? ¿Cómo y por qué pretendemos que lo sean?

Contexto
A fines del siglo XIX en España, en particular en Cataluña, existía un momento de fervor social donde los contingentes sindicales anarquistas jugaban un papel primordial en la discusión sobre el problema educativo. Era un ambiente propicio para la reflexión en torno a la educación que recibían los niños: jerarquizada, selectiva, autoritaria y represiva; dominada por la Iglesia católica reaccionaria.

Francisco Ferrer i Guardia fue solamente uno de esos personajes que hicieron aquella labor reflexiva, pero yendo más allá de ello. Ferrer, viendo las carencias y males de las escuelas estatales, generó una propuesta educativa alternativa, lo que se dio a conocer como la Escuela Moderna. Cuestionando de fondo la función social de la escuela, esta propuesta de educación libertaria fue echada a andar en el año de 1901, cuando se funda,  con el objetivo de formar integralmente a los hijos de los obreros, lo que significa que recibirán una educación tanto intelectual como manual e incluso en el desarrollo físico.

Tanto en el año 1868, en el 1r. Congreso de la Internacional en Bruselas, donde los obreros “reclamaron la instrucción integral que comprende a la ciencia y al aprendizaje industrial, [porque] deberá todo hombre ser preparado para emprender su industria respectiva por medio de una enseñanza integral que equivale a decir, por medio de una instrucción que desarrolle todas las facultades, hasta el punto de poder comprender todos los fenómenos que en el orden natural se verifican”[1]; como Kropotkin y el Comité Pro Enseñanza Libertaria (1898), quienes pensaban que la educación debía ser integral; o sea el “desarrollo armónico de los conocimientos intelectuales, manuales y profesionales, así como de las aptitudes físicas”[2]; fueron una de las influencias contextuales que recibió Ferrer para su propuesta pedagógica.

En 1906 cerró la escuela Moderna y Ferrer fue asesinado en 1909 culpado de haber propiciado la desobediencia obrera en Cataluña, desencadenando los sucesos de la Semana Trágica. Nunca volvió a abrir, pero el ejemplo ya estaba dado y muchas escuelas así fueron abiertas en otras partes de España.

Preceptos de la Escuela Moderna
  1. Respetar la libertad del niño, su espontaneismo.
  2. La autogestión. Esta parte sería lograda a través del trabajo en la Granja, donde también se buscaba el conocimiento a través del contacto directo con la naturaleza.
  3. Racionalismo – laicismo y cientificismo –. Con estas bases, se buscaba acabar con todo tipo de dogmas que sometieran a las personas. Serían eliminados con la práctica científica, fomentando la reflexión y la crítica.
  4. Enseñanza integral. Superar la división entre el trabajo intelectual y el manual; el trabajo debía ser una potencia creadora y no esclavo ni obligado.
  5. Antiautoritarismo y antiestatismo. No se debía confiar la educación al estado burgués que fomenta la desigualdad económica y la sumisión. Para hacer realidad la Escuela Moderna había que buscar el apoyo de la clase trabajadora y de los intelectuales comprometidos.
  6. Igualitarismo. La Escuela Moderna sería coeducadora, es decir, ambos sexos debían compartir las aulas, así como las barreras sociales debían ser superadas. Existía el sistema de cuotas según las posibilidades de los padres; quienes no podían pagar, no hacían ningún aporte monetario.
  7. Respetar la personalidad del alumno. Los contenidos que se enseñaban iban de acuerdo a las edades de los niños y a su visión del mundo. En la E. Moderna se estuvo en contra del memorismo, no habían premios ni castigos y no se aplicaban exámenes ya que se trataba de combatir el carácter competitivo que favorecía la desigualdad fomentando la solidaridad e igualdad.
  8. No hay descripción del método ni planteos didácticos. Sin embargo, existía el Boletín, un trabajo realizado entre todos los niños de la Escuela, donde plasmaban los contenidos y conocimientos que habían adquirido a lo largo de la semana, mismo que era distribuido a las afueras de la Escuela.
Esta noción de la toma de palabra se trabajó de distintas formas, aparte del Boletín:

- Correspondencia escolar. Mandaban cartas a niños en otras escuelas.
- Excursiones. En particular hay conocimiento de que se llevaba a los niños a visitar fábricas cercanas a la Escuela.
- Asamblea. Los niños tenían su momento de discusión colectiva, donde solucionaban problemas de su cotidianidad. También programaban Asambleas con gente del barrio donde estaba asentada la Escuela y con los obreros de las fábricas aledañas, justamente buscando que el contacto con la realidad no se perdiera, sino al contrario, que los niños debatieran en torno a problemáticas sociales.


A México llegó esta experiencia de la Escuela Moderna, conocida como la Escuela Racionalista. La primera fue fundada en 1917 en Chuminópolis, Yucatán, por el profesor José de la Luz Mena, quien introdujo en México las ideas de Ferrer. Se siguen los mismos preceptos, pero con el objetivo de formar a los hombres y mujeres hijos de la Revolución Mexicana.

La escuela como formadora intelectual y moral de los trabajadores, debía fomentarse en las Ligas de Resistencia, núcleos de las bases obreras organizadas en el Partido Socialista del Sureste (PSSE), en los estados de Yucatán, Campeche y Tabasco (aunque posteriormente se expandieron a lo largo del país). Bajo la idea de liberar al hombre de los dogmas que le hacen esclavo, la doctrina pedagógica adoptada fue la Escuela Racionalista que, en este caso, estaba sujeta a tres principios:

- Unificar el sistema escolar
-Capacitar para el trabajo de utilidad social
-Educar para la vida cívica y política.
 Esta propuesta llegó a ser tan ampliamente conocida, discutida y respaldada, que fue la base para que la Educación Socialista se echara a andar en todo el país bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas.
A continuación, algunas características de las escuelas Racionalistas del Estado de Yucatán:

E. Racionalista de Chuminópolis para niños
Cuenta con:
Escuelas sostenidas por las Ligas de Resistencia del PSSE (Escuela Nocturna para adultos1 y Escuela Normal Socialista2)
- Granja*
Lengua Nacional, Aritmética, Ciencias Naturales1. Sin exámenes, premios, castigos ni diplomas o títulos. Las aptitudes y conocimientos se aplicarán en los talleres y huertas de la escuela; coeducativa (ambos sexos).
- Taller*
Para estas escuelas se debían editar libros de texto populares, a bajos costos, con obras socialistas, científicas, filosóficas, morales y clásicas.
Otra forma de llevar educación a los integrantes del PSSE era a través del órgano de difusión la Revista Tierra[3]; y en los llamados Lunes Rojos[4], días donde se llevaban a cabo Asambleas culturales con conferencias, proyección de películas, obras de teatro, música, talleres, etc.
- Laboratorio
- Biblioteca
- Gabinete
*En estos, los productos eran los mismos que se producían a nivel estatal. El trabajo en estos espacios buscaba incentivar el cooperativismo y la autogestión de la escuela.
Los niños también imprimían su propia revista, llamada Oriente[5]


Cerramos la sesión dando unos minutos para la discusión sobre el tema. A los integrantes del Curso les era prácticamente desconocida esta propuesta pedagógica, por lo que les pareció de gran interés, resaltaban la importancia que Ferrer le daba a la niñez y a sus intereses y desarrollo propio a su edad. La noción de hegemonía se discutió, a algunos compañeros les parecía conflictivo el término, por lo que concluían que si una propuesta de educación alternativa llegase a ser hegemónica, se tendrían que vigilar y privilegiar valores y principios éticos.





[1] Monés, Jordi, et. al., Ferrer Guardia y la pedagogía libertaria: elementos para un debate, Barcelona, ICARIA, 1980, p. 20 y 23.
[2] Idem, p. 32.
[4] Martínez Assad, Carlos, Los lunes rojos. La educación racionalista en México (antología), México, SEP-El Caballito, 1986, 157 págs.

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