El problema escolar aparece en los planes de estudio de Gramsci como parte de su principal investigación sobre los intelectuales, cuyo significado se ve ilustrado en una carta a su cuñada Tania. Se trata, precisamente, de ese rapport general pedagógico-político existente en toda la sociedad, ya sea como dictadura-coerción ejercida por la "sociedad política" (gobierno tribunales, etc.), ya como hegemonía-persuasión ejercida por la "sociedad civil" (asociaciones privadas, iglesia, sindicatos, escuela, etc.), en la que operan sobre todo los intelectuales.
PEDAGOGÍA Y POLÍTICA
Este problema del logro de una unidad cultural-social sobre la base de una común y general concepción del mundo puede y debe aproximarse al planteamiento moderno de la doctrina y de la práctica pedagógica, según la cual el rapport entre maestro y alumno es un rapport activo, de relaciones recíprocas, por lo que todo maestro sigue siendo alumno y todo alumno es maestro. Pero el rapport pedagógico no puede limitarse a las relaciones específicamente "escolares", mediante las cuales las nuevas generaciones entran en contacto con las viejas absorbiendo de ellas las experiencias y valores históricamente necesarios, y "madurando" y desarrollando una propia personalidad histórica y culturalmente superior. Esta relación se da en toda la sociedad en su totalidad y en cada individuo respecto a los demás, entre castas intelectuales y no intelectuales, entre gobernantes y gobernados, entre élites y secuaces, entre dirigentes y dirigidos, entre vanguardias y cuerpos de ejército. Toda relación de "hegemonía" es necesariamente un rapport pedagógico y se verifica no sólo en el interior de una nación, entre las diferentes fuerzas que la componen, sino en todo el campo internacional y mundial, entre conjuntos de civilizaciones nacionales y continentales.
MS, p 26
Antonio Gramsci, La alternativa educativa,Parte I, Pedagogía y política, Fontamara
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