domingo, 6 de noviembre de 2011

educación en venezuela

Para seguir reconstruyendo a la patria buena
Educación liberadora
Por: Mirna Sojo
Fecha de publicación: 05/11/11

El Proyecto Educativo Nacional, esa versión preliminar que ya ni se recuerda, producto de la amplia consulta denominada CONSTITUYENTE EDUCATIVA, permitió desde sus postulados recrear un tipo de educación que aún hoy en día se mantiene en los colectivos y movimientos sociales que desde él emergieron. Tal es el caso del Movimiento Pedagógico Revolucionario (MPR), que, desde su seno aglutina a muchos colectivos, redes, escuelas sociales y agroecológicas entre otras, amén, de otros movimientos que tienen propuestas bien interesantes y no menos importantes dentro de nuestra la geografía nacional. 

El caso en cuestión es que, el hilo histórico de los que, desde la militancia hemos mantenido un espacio programático de acción y reflexiones pedagógicas permite que en el tiempo se hagan balances interesantes en relación a las ideas que dieron génesis a los sueños aún en concreción. 

En el caso del estado Aragua, muchos maestros y maestras hemos venido discutiendo, debatiendo en diversos escenarios lo que no queremos como escuela. Esta discusión de vieja data centra su cuestionamiento en la cultura escolar y la tradición en que se fundamenta la escuela de la burguesía pensada para los pobres, aun presente hoy en día. 

El currículo siempre ha sido para esta escuela y sus defensores un INSTRUMENTO para nuestra dominación, y cuando digo dominación, óigase bien, hablo del currículo que en sus partes, concepciones, elementos, formas y maneras de hacerse recoge todas las ideología dominante que se nos introyecta desde la familia y luego en la escuela. Incluso no basta con cambiarle el nombre y colocarle bolivariano o liberador, si siempre termina permeado por el virus de los pensamientos de los dominadores. 

Si el currículo ha sido esto hasta ahora, pienso que es el momento histórico de agarrar ese INSTRUMENTO y convertirlo a conciencia, en un elemento para la liberación, y esto no se logrará jamás sin la concurrencia de los movimientos sociales, movimientos pedagógicos, organizaciones sociales populares que reflexionan acerca de la educación y cuya militancia están dentro de las estructuras escolares pasando roncha de la buena, ante esta escuela burguesa que debe dársele un vuelco mas allá de lo inimaginado y comenzar las rupturas necesarias de manera progresiva. 

Converger en todas aquellas ideas que permitan asumir los legados nuestroamericanos de pedagogos que durante siglos enteros han hablado de que, es necesario pensar en una escuela donde sus estudiantes o participantes conozcan del trabajo liberador, que nuestros estudiantes aprendan ideas útiles para ponerla al servicio de la sociedad, que los conocimientos universales, aquellos que se ven en las ciencias cualesquiera sean sus clasificaciones sirvan para resolver problemas cotidianos de la casa, de la calle, del barrio, del país. Que es necesario que los estudiantes de primaria, secundaria, técnica y universitaria se formen en algún hacer no, para engrosar las filas de las grandes fabricas, ni ser obreros explotados sino para que podamos vivir todo cada vez mejor y en sociedad, más allá de los títulos que siempre se estarán otorgando. Que es necesario cambiar la forma de esta escuela burguesa por una que permita construir experiencias de envergadura social con visión social como lo decía el maestro Rodríguez y no para las industrias explotadoras del hombre, o como lo planteaba Bolívar nuestro libertador… “pues abundan entre nosotros médicos y abogados, pero nos faltan buenos mecánicos y agricultores que son los que necesita el país para adelantar en prosperidad y bienestar”, el maestro José Martí cuando decía que detrás de cada escuela debía haber una tierra para el cultivo, o la siembra de árboles, o como lo decía el maestro Augusto Mijares, ante los problemas simples del país al no poder resolverse de manera adecuada… “La mayor parte de esas deficiencias provienen de ignorancia en el “oficio”… están pidiendo buenos maestros de obras, escuelas y no universidades” y por eso dio sus aporte a la constitución de las escuelas técnicas otrora las escuelas de artes y oficios ya hoy casi que ni se nombran. Es decir, una escuela que forme a un estudiante desde la edad temprana y que tenga conciencia de lo que padecen él, los suyos y los demás para prolongar el conocimiento y hacerlo trascendente en la familia, la calle, el barrio desde la sociedad que queremos construir. 

Los conocimientos universales deben encontrar el modo de colocarse detrás de la experiencia del trabajo liberador, posponer la teoría, el pizarrón, la tiza y el bla blá bla del ego y colocarnos al frente de la gran obra social aun por construir, pero hay que pensar la escuela, la organización estudiantil, el currículo y su forma para la escuela de estos tiempos. 

Decía Rodríguez, ideas, ideas primero que letras, y no se equivocaba el maestro pues para su momento requería avanzar con los conocimientos prácticos que permitiera poblar a la republica de republicanos con saberes útiles, la independencia había dejado muchos huérfanos, ignorancia y miserias. Hoy andamos en la reconstrucción nacional por el socialismo, por tanto al igual que el maestro debemos decir que las ideas son urgentes y necesarias para avanzar en la educación que nos vaya liberando, aquella que permita a todos construir modelos diversos para avanzar en el camino, modelos diversos con una sola SINERGIA que no es otra que nuestra liberación de la conciencia para tener patria, nuestro proyecto político dentro del plan Simón Bolívar. 

Tiempo del constituyente primario, tiempo de los encuentros para pensarnos en los que conviene a todos, tiempos de recoger la zafra. 

Escuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe.

¡Hacía el encuentro con el Gran Polo Patriótico! 

omt991@gmail.com

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