Entrevista con Raymundo Sánchez Barraza
Una Universidad Sin Zapatos
Sistema Indígena Intercultural de Educación no Formal
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Mexico
El Dr. Raymundo Sánchez Barraza es el coordinador general de CIDECI (Centro Indígena de Capacitación Integral) en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Mexico. Se realizó esta entrevista (y posteriormente se editó) por Nic Paget-Clarke por In Motion Magazine el dia 3 de septiembre del año 2005 en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Esta entrevista se realizó en español y se tradujo a inglés por irlandesa. (Click here to read in English.)
Tengo que platicar contigo
In Motion Magazine: ¿Puedes hablar un poco de CIDECI y tu trabajo aquí?
Raymundo Sánchez Barraza: Bueno, su servidor es Raymundo Sánchez Barraza. Mi trabajo aquí es el de coordinador general de un proyecto que quiere ser un sistema, ese sistema lo hemos denominado Sistema Indígena Intercultural de Educación no Formal. Entonces mi trabajo es coordinar todas las partes de este sistema. Trabajamos aquí desde el año de 1983 y en ese trabajo hemos pasado por distintas etapas. Consideramos este proyecto más bien como un proyecto que procesualmente ha ido tomando su perfil, su rostro y como dije, ha ido pasando por distintas fases, distintas etapas.
El primer componente del sistema es precisamente lo que llamamos CIDECI Las Casas. ¿Que quiere decir CIDECI Las Casas? Quiere decir Centro Indígena de Capacitación Integral Fray Bartolomé de Las Casas, es un Centro Indígena. Esto es lo que le da una connotación y unas características del todo particulares. No es un centro para, solamente, lo es también por los indígenas. Es un centro indígena, en su hacer, en su definición, en su modo de trabajar, en sus componentes, en quienes lo integran. Este centro nace el 24 de agosto de 1989 hace 16 años. Llevó el nombre de Fray Bartolomé de Las Casas porque nacimos un 24 de agosto de ese año, y el 24 de agosto se celebra la fiesta de San Bartolomé y es el aniversario del natalicio de Fray Bartolomé de Las Casas.
Democracia radical
Esto ya te dice desde un principio que nosotros nos colocamos en los márgenes profético-críticos, frente a la historia, frente al mundo, frente a las reivindicaciones de las minorías de los pueblos despreciados, sojuzgados, en este caso concreto de Mesoamérica, en las reivindicaciones y las luchas de los pueblos indios. Desde un principio, un criterio político que asumimos fue el de la democracia radical. En ese momento dijimos: el Estado Nación es lo que tenemos que transformar, con su conjunto de instituciones y relaciones, por consiguiente con el Estado no queremos nada. Desde 1989 dijimos: frente al poder político constituido nada. Hay que trabajar desde abajo con las fuerzas de la sociedad, dando pasos pequeñitos, para recuperar la capacidad de autodeterminación expropiada por esa hipóstasis que es el Estado. Pero también dijimos, no nos vamos a constituir como contrapoder, porque hemos visto también que en la constitución del contrapoder, la lógica del poder es la misma.
Ahora ¿qué conceptos clave, aparte de estos, nutrieron la iniciativa? Uno fue este, dijimos: hay que echar la vista atrás. Hay que ver cuando se empieza a generar y a constituir este sistema histórico que hoy conocemos como sistema mundo. Y dijimos, este mundo empieza a constituirse en una expansión que implicó mecanismos de dominio en el choque del descubrimiento y del sometimiento de los pueblos de América.
Llevamos la marca del nacimiento del sistema-mundo este que tenemos hoy, y dijimos, ¿qué es lo que permitió a algunos pueblos, no obstante este choque, sobrevivir? Y empezamos a ver algunas experiencias del siglo XVI aquí en nuestro país y en otros lugares de América latina que permitieron a los pueblos sobrevivir y resistir, manteniendo su identidad. No sin contradicciones, pero que después de 500 años miramos que esos pueblos existen. Esos pueblos nos hablan, esos pueblos tienen su lengua, esos pueblos tienen todavía componentes claves de su cosmovisión y de su modo de nombrar y de ver el mundo.
Vimos la experiencia de Vasco de Quiroga con los hospitales de la Santa Fe en los pueblos en torno al lago del Pátzcuaro, inspirado el mismo Vasco de Quiroga en la utopía de Tomás Moro. Y luego vimos las reducciones de los Jesuitas en el Paraguay, en el sur de Brasil, en el norte de Argentina, en Bolivia. Cómo estas iniciativas desde occidente mismo, en esa vena utópica, permitieron a estos pueblos en cierto modo resistir, mantenerse, no perder el fulcro de una referencia identitaria básica. Dijimos, ahí tenemos algo que aprender y ese concepto que aprendimos ahí fue el de resistir y sobrevivir.
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Si quieren ver la entrevista completa píquenle al siguiente link:
http://www.inmotionmagazine.com/global/rsb_int_esp.html